domingo, 30 de maio de 2021

GRACIAS A LA VIDA

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dió dos luceros que, cuando los abro,
Perfecto distingo lo negro del blanco,
Y en el alto cielo su fondo estrellado,
Y en las multitudes, el hombre que yo amo.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído, que en todo su ancho,
Graba noche y día grillos y canários;
Martillos, turbinas, ladridos, chubascos,
Y la voz tan tierna de mi bien amado.

Gracias a la vida, que me ha dado tanto.
Me ha dado el sonido y el abecedario,
Con él las palabras que pienso y declaro:
Madre, amigo, hermano y luz, alumbrando,
La ruta del alma del que estoy amando.

Gracias a la vida, que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados;
Con ellos anduve ciudades y charcos,
Playas y desiertos, montañas y llanos,
Y la casa tuya, tu calle y tu patio.

Gracias a la vida, que me ha dado tanto.
Me dió el corazón, que agita su marco,
Cuando miro el fruto del cerebro humano;
Cuando miro el bueno tan lejos del malo,
Cuando miro el fondo de tus ojos claros.

Gracias a la vida, que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
Los dos materiales que forman mi canto,
Y el canto de ustedes, que es el mismo canto,
y el canto de todos, que es mi propio canto.

Gracias a la vida!


Letra e Música: Violeta Parra
(Violeta del Carmen Parra Sandoval)  
Extraído do disco “LAS ULTIMAS COMPOSICIONES DE VIOLETA PARRA”,
Editado pela gravadora RCA Victor, em novembro de 1966.

 
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OBRIGADA À VIDA

Obrigada à vida, que me deu tanto.
Deu-me dois olhos que, quando os abro,
distingo logo o negro do branco,
e no alto céu o seu fundo estrelado,
e nas multidões o homem que eu amo.

Obrigada à vida, que me deu tanto.
Deu-me o ouvido, que em todo o seu tamanho
grava noite e dia; grilos e canários.
Martelos, turbinas, latidos, chuvaradas
e a voz tão terna do meu namorado.

Obrigada à vida, que me deu tanto.
Deu-me o som e o abecedário,
com ele as palavras que penso e declaro:
mãe, amigo, irmão e luz, iluminando
a rumo da alma do que estou amando.

Obrigada à vida, que me deu tanto.
Deu-me a marcha de meus pés cansados;
com eles percorri cidades e charcos,
praias e desertos, montanhas e planícies,
e a tua casa, a tua rua e o teu pátio.

Obrigada à vida, que me deu tanto.
Deu-me o coração, que agita a sua moldura
quando olho o fruto do cérebro humano,
quando olho o bom tão longe do mau,
quando olho o fundo dos teus olhos claros.

Obrigada à vida, que me deu tanto.
Deu-me o riso e deu-me o pranto;
assim distingo destino de desalento,
os dois materiais que formam o meu canto
e o canto de vocês, que é o mesmo canto,
e o canto de todos, que é o meu próprio canto.

Obrigada à vida!

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